miércoles, 20 de mayo de 2009

Sistemas, Sinergia y Sincronicidad en la Red


Es muy posible que para la mayoría de las personas, de los tres términos en este título, los dos primeros resulten muy familiares, y el tercero quizás no tanto. Me voy a permitir describir brevemente cada uno y entonces expresar la relación e importancia que yo encuentro en el conjunto de estas tres formas de expresión de la energía, particularmente en su manifestación dentro de la red cibernética.
Como bien sabemos Ludwig Von Bertalanffy, biólogo Vienés nacido en 1901, crea el concepto de la Teoría General de los Sistemas. El cual constituye una nueva ciencia que identifica patrones, estructuras de organización y conocimiento comunes en los diferentes campos de la actividad científica y social del hombre. Von Bertalanffy propone por primera vez en la historia que toda unidad, sea esta un ser viviente o un una máquina, un campo del conocimiento o un grupo social, es un sistema y presenta ciertas propiedades que explican la interacción entre sus elementos. Por ejemplo, en cualquiera de los casos mencionados observamos que existen un conjunto de sub-unidades que le componen. Aunque cada elemento es diferente y único, se suman para cumplir un objetivo común; garantizar la continuidad de la vida, ejecutar una función, generar conocimiento o mantener las formas y modos de convivencia política, económica y social del grupo que se trate. En ese sentido, los componentes dependen unos de los otros. También se retroalimentan. Es decir, aportan información que permite conocer las condiciones del funcionamiento de la unidad total, con lo cual se pueden hacer los ajustes requeridos para mantener el curso hacia el objetivo conjunto. Las unidades o sistemas tienden a momentos a desorganizarse y a momentos tienden a organizarse. La total organización lleva a la destrucción porque congela, de la misma manera que la total desorganización lleva a la desintegración de las partes y por tanto, también a la destrucción del sistema. Una de las propiedades de los sistemas, que él denomina “no–sumatividad”, es en realidad lo que se ha dado en conocer como la sinergia. La sinergia es la integración de elementos que da como resultado algo más grande que la simple suma de éstos, es decir, cuando dos o más elementos se unen sinérgicamente, crean un resultado que aprovecha y maximiza las cualidades de cada uno de los elementos. Un ejemplo sencillo, ya que estamos hablando de cibernética, sería una computadora. Imaginemos por un momento los tornillos, el metal, las partes plásticas, el software y el hardware en forma separada. ¿Verdad que eso no es una computadora?
Hasta aquí creo que quedan claros los dos primeros términos. Ahora entremos al tercero. Y aquí quiero empezar con una cita del conocido filósofo oriental Lao Tse quien nos proporciona una imagen del significado de la palabra sincronicidad:
“Sin salir por la puertase puede conocer el mundo.Sin mirar por la ventanase puede conocer el camino del cielo.Cuanto más lejos se va,tanto menos se aprende.Por eso el sabiosabe sin desplazarse.Entiende sin ver.Realiza sin hacer.”
Sincronicidad es una palabra creada por el psiquiatra suizo C. G. Jung. La concibió para describir la curiosa ocurrencia de dos o más eventos a los que alguien les adjudica una significación o un sentido igual o similar, sin que en realidad exista una conexión de causa-efecto posible entre ellos. La persona que percibe está consciente de la “imposibilidad” de la relación entre ambos eventos y sin embargo en su interior, mantiene la certeza de que uno y otro evento tienen una conexión y por tanto un significado, que en todo caso puede ser o no, único o particular para ese individuo. La sincronicidad se distingue del mero sincronismo –ocurrencia simultánea de dos sucesos cualesquiera- y se opone directamente a la creencia cultural occidental predominante, de que a toda causa, hay un efecto y que no hay efecto sin una causa.
Un ejemplo simple de sincronicidad sería el recordar repentinamente a una compañera de escuela a la que se dejó de ver hace años; encontrársela en el cine poco tiempo después y simultáneamente leer en el periódico que llegará a dar una conferencia a la ciudad, la profesora que impartía un curso a ambas. Si la persona vive esos tres eventos en compañía de otra conocida, para ésta la secuencia no significará más que hechos aislados; pero para la protagonista, todos ellos están eslabonados en relación a un tiempo específico de su pasado. Ella puede ver la conexión existente y otorgarle un significado. Los eventos observables y los sentimientos o pensamientos que ella tiene acerca de ellos no tienen una causa común. No es posible deducir o demostrar científicamente qué genera ese fenómeno, esa conexión. Y es que la ciencia ha avanzado en mediciones cada vez más minuciosas y microscópicas de la realidad, pero al llegar al terreno de lo subjetivo se ha encontrado en la imposibilidad de medir, reproducir, predecir o manipular las variables.
Si quisiéramos resumir el significado de esta palabra en una forma más sencilla, podríamos decir que sincronicidad es una “casualidad” con significado para quien percibe la “casualidad”. Más allá de esto, en algunos campos de la psicología se reconoce la existencia de la sincronicidad y no solo eso, se considera que la frecuencia de eventos sincrónicos tiende a aumentar en la medida en que las personas invierten más tiempo observando sus sensaciones, pensamientos y sentimientos, así como poniendo atención enfocada a los sucesos cotidianos. Digamos que se desarrolla la intuición y con ello la capacidad para captar información de utilidad, para la cual, a primera instancia o desde el punto de vista de otros, no habría evidencia que pudiera haber conducido al “conocimiento” percibido.
Como dije en un principio, encuentro una relación importante entre estas tres formas de expresión de la energía, particularmente en su manifestación dentro de la red cibernética. No cabe la menor duda de que cada uno de nosotros, emprendedores o usuarios del internet, formamos parte de esa gran telaraña de interconexiones. Evidentemente también, todos y cada uno de nosotros es único y la aportación que hacemos, también es única. Que esa aportación contribuye a la vida y crecimiento de nuestra “Aldea Global”, también es un hecho. Lo que no es tan evidente, es que lo que nos liga no es solamente el equipo cibernético, los circuitos, las líneas telefónicas y demás elementos materiales. Algo de mucha mayor importancia y en una categoría de conocimiento superior, es aquello que nos hace humanos; los pensamientos, los sentimientos, las acciones que ejercemos a través de la red; los motivos y las intenciones; el nivel de consciencia; el cuidado o el descuido con el cual creamos sistemas, emitimos opiniones o generamos información. Sucede también en la red, que mientras más atentos estamos a nuestro mundo interno y a los sucesos cotidianos de la red; a mayor certeza interna y honestidad; habiendo dedicación y cuidado en lo externo, empiezan a suceder eventos sincrónicos que nos indican el camino, que nos acercan a los recursos y las personas que contribuirán al éxito individual y colectivo. No es casualidad sin significado que de las millones de conexiones que podrías haber hecho en la red, hayas llegado a este sitio, con estas personas, con estos objetivos y normas para actuar. Tampoco será casualidad, sino sincronicidad, que paso a paso vayas descubriendo y encontrando precisamente lo que necesitas para cumplir cabalmente con “tu misión” en el mundo cibernáutico y en tu vida. Requiere solamente que “escuches y te guíes por la voz interna”. Que seas leal a todo aquello que hay de positivo e intuitivo dentro ti.
Espero que mi participación haya resultado de alguna manera enriquecedora. Me encantará recibir sus comentarios.

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